La fuerza, la energía, la vida plena y feliz al tenerla por sagrada, un sinnúmero de razones por las cuales ser gratos con Allpa Mama al estar aquí y ahora. Somos seres de complementos, coexistimos, nuestra racionalidad debe conjugarse plenamente con el profundo sentir de estar junto con otros entes vivientes. La sabiduría natural entiende cómo hace lo que hace, y ese flujo energético de cada ciclo complementa nuestra dinámica continua de crecimiento.
Semilla tras semilla, empiezan a germinar los sueños por días mejores, por nuevos y gratos amaneceres para los Runakuna. Reinicios frescos mediados por el respeto a la alteridad, la reciprocidad, los estrechos vínculos afectivos con quienes crear nuevas realidades y en paralelo, un trabajo artesanal pegado a la producción en la chakra para en tiempos de cosecha festejar a Yaya Inti, Mama Killa y recordar siempre ese aliento milenario que brota del Hatun Shunku de Los Andes.
Abuelos, abuelas, padres y madres muy alegres recibiendo a los jóvenes en este largo y complejo andar vital. El reto de la coexistencia se comparte con los continuadores y la emotividad labrando sonrisas en cada ser, en cada pensar / sentir y en cada manifestación de regocijo y bienvenida.
Se suman más a la misión, paulatinamente hay algo que empieza a jalar a la matriz generadora y surge la necesidad de anhelar vida regenerada, revalorada.... porque sólo así un ciclo de conciencia moverá los existires.
Tukuy shunkuwan, tukuy yuyaywan
¡¡ Kuyayay Runakuna, Kapak Raymipi !!