lunes, 15 de marzo de 2010

Radios

Rueda de bicicleta; Marcel Duchamp

Andan a pedales los anhelos, esquivando máquinas a motor, vacias y frías, Se detienen ante el ruido, giran y siguen. Tumban basureros con facilidad, dejando atrás todo el deterioro diario, relegando a rastras el vacío y la conformidad . Es la alternativa sana a la movilidad, gentil con el ambiente, y frágil en si misma ante el peligro del atropello.

Esquivar y esquivar. Sentirse fuera de tono y continuar por el camino que rehuye la comodidad. Valerse por si mismo y por sus músculos, los cuales, àvidos de energías que se recompensan con agua, frutas, y algo que contenga dulce.

Pedaleando hacia donde quiera, con un rumbo definido, o no. El sudor que resbala por los poros, reconfortante residuo que humedece tejidos, agota y obliga a parar. Jadeo tras jadeo, con el sentir de haber cumplido. Respiraciones agitadas que llenan los pulmones de aire y un corazón palpitando aceleradamente, indicios de una pedaleada consciente de sí, y de aportar en algo a la descontaminación del planeta.






3 comentarios:

Patmos dijo...

Vaya, la convinación de palabras que usas es buena realmente, y el texto es tuco, y en el último párrafo es como si ascendiese pero cuando va llegar a la cima, blum...no me convence el final, no le queda al texto, pero de ahí está super!!!!

Muy bien, mi niño, sigue así, no pares!!!

Marisa dijo...

Es una extraña alegría ser un punto azul en medio de un amarillo mar, mientras vas creciendo y una gota salada se muere en tu dicha.
Interesante...todo el mundo te felicita verdad??

Unknown dijo...

Hola Carlos, yo estuve tres años en la city yendo a trabajar cada día pedaleando, la verdad que llegaba antes al trabajo que con coche.
Salud y ahorro, pero eso no se piensa.
Un saludo.