sábado, 3 de noviembre de 2012

De Afinantes maneras



El puñado de seres se esconde como mejor puede. Las sucesiones de fibras les permiten una estancia cómoda y tranquila en aquellos aposentos madereros, conviviendo siempre con la expectativa de alguna ingerencia abusiva. De vez en cuando aumentan, pero logran acomodarse a la perfección sin mayores incovenientes. En cierta medida nunca han considerado como peligrosa  la posibilidad de superpoblarse ya que esporádicas limpiezas ocurren de manera casi automática y se ven "naturalmente" regulados.


El pertenecer a ese ecosistema describe la naturaleza de ambos entes y el efecto producido por aquella relación biológica, dando como resultado armonía y afinación perfecta. Las fuerzas obrando acompasadas y la voluntad estética de producir aquella sonoridad convergían en un mágico asentamiento derivado de fenómenos naturales, artificiales, armónicos, ondulatorios, resonantes, todos desembocando en la conmosión del orden o el caos.


Las notas ululan una tras otra, el viento desperdigado choca incesante mostrándose versátil a la fisonomía interna del túnel de madera, se reconocen las texturas para desencadenar la sensación placentera sobre un tercero, ajeno a tan curiosa ingeniería, que sin duda verá estremecido su oído ante tal asedio melodioso. Es así que esta coexistencia se manifiesta positivamente sobre los sentidos del otro, que valora y aprecia tan sólo el producto de un conjunto de fenómenos derivados de la relación simbiótica.







Así como en varios organismos, animados e inanimados, lo micro cohabita junto con lo macro y este contacto permanente de realidades posibilita la belleza manifestada a través de ondulaciones sonoras, a la larga patrones de afinación complacientes a las más diversas percepciones.


   El perfecto equipo aire - bacteria - madera - bacteria, conmueve a diario y pasa desapercibido 
por los conmovidos que no tienen en su canon a tales microorganismos como manifiesto de lo bello.


Y ese equipo también nos hace pensar que todo lo existente merece existir.



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