miércoles, 6 de julio de 2011

Banqueado


 



Caras largas y amargas haciendo la interminable fila del Banco Pichincha, todos deseando irse cuanto antes.
Se respira estrés y tensión en el lugar.

Mas en una de las esquinas, unos niños juegan con unas canicas contra la pared y simulan un arco de fútbol
risas, felicidad y emoción.

Soy parte de la fila y disfruto cada momento de las ocurrencias de los wambras, quiero echarme al juego, pero ya llega mi turno. ¡ Maldición !.

Me veía junto a ellos jugando, y después, cansado, tomándome un bolo que me haya comprado con mis añorados Sucres.
¡Lindos recuerdos!.

1 comentario:

Marisa dijo...

Y una sola palabra, es capaz de atravesar momentos lejanos e inmensamente felices....