jueves, 13 de mayo de 2010

Octavo Intento


La realidad se convierte en materia prima para el sujeto, su imaginación la herramienta más poderosa, los límites sólo se contemplan si la mente se comporta poco incisiva.
Modificar, aaaaaaacambiar, aaaaatrastornar, aaaaaaconstruir, aaaaaainventar En fin,,, CREAR.

Ésta ha sido desde hace muchos siglos la naturaleza humana, es decir, la modificación del entorno, siendo así animales culturales. Cada vez trascendiendo en el espacio - tiempo más allá de lo meramente instintivo, generando más y más necesidades inherentes a nuestro comportamiento que ha ido evolucionando a través de las épocas y complejificándose con el desarrollo de todos los campos del saber, y por consiguiente de las tecnologías. Y en la actualidad, seguimos con la tendencia de crearnos necesidades que a la larga se convierten en nuevos mercados, y que en muchos casos llegan a hacer dependientes a muchos individuos.

Mas la territorialidad, ese razgo tan de reino animal, sigue arraigándose con gran notoriedad, lo que va marcando una tendencia siempre de primordial belicismo que ha desencadenado destrucción masiva y daños colaterales invalorables. Valga recalcar, los únicos animales que damos muerte a seres de la misma especie, sin necesariamente velar por la supervivencia. ¿Impulsivos y orgullosos, o simplemente irracionales?

En este punto, es válido citar al autor hindú Krishnamurti, en el libro El Imperio de la Libertad, manifiesta: " En lo externo hay progreso, de la carreta de bueyes al avión de turbinas, pero psicológicamente el individuo no cambió nada, y las estructuras de las sociedades las crearon los individuos". Da que pensar.......

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