lunes, 23 de febrero de 2009

Cuarto intento

Subyugado a la noche y a su armonía. Busco desesperadamente la manera en la que pueda sentirme bien, mas no incompleto. El aburrimiento impregna su esencia en mi ser y mi estado de ánimo no es el mejor. Quizás es porque comienzo a pensar en muchas cosas, unas tras otras, divagando sin un orden definido. Y hasta que cierto día leí una frase que decía: "Cuando se piensa demasiado se aburre uno de vivir". (Máximo Gorki).

Desde aquel instante sentí cierto alivio, debido a que aquella expresión significaba una explicación a manera de diagnóstico para lo que pude verificar anteriormente como síntomas. Pero a la vez, y luego de reflexionar, pude sentir un cierto desasosiego general con todo lo que significa vivir, y cuán vana puede tornarse la existencia en los instantes en los que a uno se las da por hacer un poquito de filósofo.

Incluso imaginar mundos ficticios es apasionante, te interioriza de una manera muy particular en tus ideas y alcanzas un nivel creativo, acorde a ciertos o quizás recónditos deseos inconscientes. Algo así como un sueño. Pero a la larga es posible concluír que, al igual que la cotidianidad, la fantasía también puede adquirir esos dotes de vanalidad. Pero a quién le importa; dejar volar la imaginación y perder un poco los párametros lógicos y tradicionales a veces se siente simplemente bien y reconfortante, y por que no decirlo también un tanto original.


domingo, 1 de febrero de 2009

¡ Aguante Palestina !

Conmoción general por los recientes ataques del Gobierno israelí al pueblo palestino en Gaza. Agitados los medios de comunicación, parcializados, brindan información vana, únicamente cifras. La indignación que me embarga en todo momento, el hecho de que a todo tipo de respuesta del pueblo árabe a los ataques genocidas se lo catalogue como terrorismo o violencia desmedida y criminal, como siempre emcabezado por el ícono occidental del poder, “la democracia y la libertad”.

Al mundo se le ha mostrado desde los medios, siempre una sola cara del conflicto, denotando inclinación a presentar siempre a Israel como la víctima de todo lo sucedido, cuando en realidad ese maldito consentimiento, tanto de ataque como de manipulación llegan desde los U.S.A y se cometen actos tan repudiables como los recientes, sobre un pueblo inocente e inofensivo, que nunca fue el culpable de tales enfrentamientos.

La religión y el fanatismo, grandes pretextos que tienen para tachar a los árabes de fundamentalistas, suicidas y por ende terroristas, en general siguen siendo la tónica de acusación hacia grupos palestinos cuyas operaciones y manifiestos se deben íntegramente a intentos de liberación ante tales abusos criminales, que por cierto la benevolente y justa ONU no se ha apurado ni preocupado en condenar.

De este modo declaro abiertamente mi solidaridad y apoyo al pueblo árabe, por ello ¡ Aguante Palestina!