viernes, 25 de octubre de 2013

... sobre el Yasuní


Fernando Lucero Mafla

 

Tuve la suerte de visitar en el año 2009, junto con mi hija y un grupo de biólogos y ambientalistas extranjeros, la Estación Científica del Parque Nacional Yasuní, PNY, regida por la Universidad Católica del Ecuador. La exuberancia de la naturaleza impone al visitante un ánimo de respeto, el tono de voz se atenúa y las manifestaciones del clima y el ambiente nos hacen sentir lo pequeños y vulnerables que somos los humanos frente a los elementos. Eran las mismas sensaciones que una visita, en el año 1972, había tenido cuando de la mano de mi padre me interné en el oriente ecuatoriano a la entonces exuberante zona de Lago Agrio, que en la actualidad, como se evidencia vista desde el aire, es una zona de deforestación asoladora.


 
Curiosamente, el suelo que sustenta a la región más biodiversa del planeta es también uno de los más pobres para las labores agrícolas y una vez deforestado y entregado a unas pocos sembríos de yuca o cualquier otro cultivo, se agota rápidamente y no sirve nada más que para pastos de poca calidad, terrenos que más temprano que tarde son abandonados por su poca productividad y se inicia un nuevo proceso deforestando otras zonas de reciente acceso a través de nuevas carreteras que se construyen para la exploración y explotación petrolera. No es descabellado pensar que, dado el historial que tenemos como país en asuntos de petróleo, después de 25 años el PNY lucirá parecido a las zonas aledañas al Coca y Lago Agrio actuales, basta mirar las típicas viviendas en el desolador panorama para entender que casi nada positivo a escala económica ha resultado de este proceso de explotación para el habitante promedio de la región.

La propaganda oficial habla de un desarrollo sustentable, de la utilización de tecnologías petroleras de mínimo impacto, pero eso significa que estamos de acuerdo que una cierta cantidad de pérdida es aceptable. ¿Aceptable para quién? es la pregunta. Nos dicen que se afectará el 1 por mil de la superficie del parque, eso es aproximadamente 1,000 hectáreas, pero no sólo se pierde la parte del bosque que se limpia sino que se alteran las condiciones y posibilidades de sobrevivencia en el restante bosque alrededor, creando impactos a una buena distancia más allá de lo que es obviamente observado y dadas las altas pérdidas en escala de una hectárea, sumado a nuestra ignorancia de qué es lo que realmente está ahí, ¿cómo podemos, razonablemente, decidir cuánto bosque y qué especies condenamos a desaparecer primero?

 
Por otro lado, hemos oído que el PNY es el punto de mayor diversidad biológica en el mundo. Es eso cierto o es una exageración? La respuesta corta es que sí, es cierto, y es que los primeros estudios serios que se llevan a cabo en el parque, aunque parciales y de poca duración -el trabajo duraría décadas- arrojan resultados increíbles de diversidad en los 4 grupos: plantas, aves, mamíferos y anfibios.


La respuesta larga también es un contundente SI e incluiría muchos reportes y datos obtenidos en el sitio que nos dicen, por ejemplo: “En un solo árbol en el PNY se han encontrado más especies de hormigas que las existentes en toda la Gran Bretaña. En una hectárea del PNY se han contado más de 650 especies diferentes de árboles, más que el número total encontrado en Canadá y Estados Unidos juntos. Se estima que una hectárea del PNY es casa de 100,000 especies de insectos, la mayor diversidad documentada de insectos en el mundo. En una hectárea en el PNY se han contado 87 especies de anfibios. En unas pocas hectáreas del PNY hay más de 100 veces el número de especies de invertebrado que en toda Europa, Estados Unidos y Canadá combinados. Unas 600 especies de aves han sido contadas en PNY y más de 100 especies de murciélagos. Hay dos, tal vez tres, tribus humanas todavía no contactadas viviendo en PNY. Las reservas de petróleo en todo el PNY equivalen a la demanda de combustibles de los Estados Unidos por aproximadamente 40 días.

El PNY tiene el membrete de ser biológicamente el lugar más rico sobre la faz de la Tierra, incluyendo hábitats terrestre y marino. El PNY puede contener el mayor número de especies que haya existido jamás, donde la diversidad está en su máximo de todas las eras en este planeta”. (1)

Siendo el PNY una Reserva de la Biósfera y Patrimonio de la Humanidad, reconocido por la UNESCO, lo cual significa que el PNY no solo pertenece a los ecuatorianos sino a toda la humanidad. ¿Por qué entonces la gente no viene a maravillarse con la cúspide de complejidad y diversidad de la Naturaleza e impide su destrucción?

¡Simplemente, porque no nos interesa!

Estamos muy cómodos instalados en nuestras casas, con nuestros propios problemas, no nos venga usted a inquietar con estas cosas que para eso hemos elegido gobernantes y ellos sabrán las decisiones que tomen en bien de todo el país. Pero este tema es muy importante para dejarlo en manos de políticos y empresarios petroleros, unos y otros ven solamente por sus propios intereses y por su ganancia personal. No es concebible que un puñado de políticos y hombres de negocios, por poderosos que sean o crean ser, buscando mantenerse en el poder puedan destruir un ecosistema cuya complejidad y relaciones interespecíficas ni siquiera llegamos a sospechar, que nos afecta a todos nosotros y que a la naturaleza le ha costado millones de años desarrollar.

Y si hablamos sólo de beneficios económicos, el valor combinado de los servicios ambientales provistos por el PNY están estimados en 10 veces el valor del petróleo debajo de él, más el ecoturismo y los productos farmacéuticos que se deriven de su estudio. No tener noción de estos valores no significa que no existan.

La mayoría de científicos y filósofos concuerdan en que el rol fundamental de la conservación es salvar al mayor número de especies, en consecuencia, salvar al PNY debería ser la prioridad número uno de los esfuerzos de conservación en el mundo entero.

Les invito a participar de las actividades en pro del PNY y a respaldar con su firma la solicitud de Consulta Popular Nacional para que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT indefinidamente bajo el subsuelo. Pueden contactarse conmigo si deciden hacerlo.




“Puesto que no pensamos en las futuras generaciones, ellas nunca nos olvidarán” 
Henrik Tikkanen.


  1. YASUNI, TIPUTINI & THE WEB OF LIFE, Pete Oxford, Renee Bish & Kelly Swing, Page 39